viernes, 27 de junio de 2008

El timeo según Marina Dalto

Alumna: Dalto, Marina

PLATON: EL TIMEO


1- El demiurgo creó este universo porque es bueno y quería que todo llegara a ser lo más semejante posible a él mismo.
2- Lo creó contemplando lo eterno, según lo que se capta por el razonamiento y la inteligencia. A causa del razonamiento, al ensamblar el mundo, colocó la razón en el alma, y el alma en el cuerpo, y así hizo de este universo verdaderamente un viviente.
3- Es UNO porque el dios quería asemejarlo lo más posible al más bello y absolutamente perfecto de los seres inteligibles, y por ello lo hizo un ser viviente visible y único con todas las criaturas vivientes que por naturaleza le son afines dentro de sí. Por ello, para que en la singularidad fuera semejante al ser vivo perfecto, su creador no hizo ni dos ni infinitos mundos, sino que éste , generado como un universo único, existe y existirá solo.
4- Lo creó a partir de 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra. Comenzó a construir el cuerpo de este mundo a partir del fuego y la tierra. Como el cuerpo del universo debía tener profundidad, y convenía que fuera sólido, y los sólidos no pueden ser conectados por un término medio, sino siempre por dos, el dios colocó agua y aire en medio del fuego y la tierra.
5- Los puso en la misma relación proporcional mutua. Por medio de la proporción, alcanzó la amistad, de manera que, después de esta unión, llegó a ser indisoluble para otro que no fuera el que lo había unido. Esta composición del mundo además incluyó la totalidad de cada uno de estos cuatro elementos.
6- Le dio forma esférica, pues es la figura adecuada para el ser vivo que ha de tener en sí a todos los seres vivos, porque es la figura que incluye a todas las figuras. De esta manera, también tenía la misma distancia del centro a los extremos en todas partes, circular, la más perfecta y semejante a sí misma de todas las figuras, porque consideró más bello lo semejante que lo disímil.
7- El universo tiene movimiento. El hacedor le proporcionó el movimiento propio de su cuerpo, el más cercano al intelecto y a la inteligencia de los siete. Por tanto, lo guió de manera uniforme alrededor del mismo punto y le imprimió un movimiento giratorio circular, lo privó de los seis movimientos restantes y lo hizo inmóvil con respecto a ellos.
8- La relación que existe entre cuerpo y alma, es que ésta está en el centro del cuerpo del mundo, extendida a través de toda su superficie y cubierto con ella. Es un mundo circular que gira en círculo, único, solo y aislado, que por su virtud puede convivir consigo mismo y no necesita de ningún otro, que se conoce y ama suficientemente a sí mismo. Pero, el demiurgo hizo al alma primera en origen y en virtud y más antigua que el cuerpo. La creó dueña y gobernante del gobernado.
9- Platón, afirma que el universo es una mezcla, porque el demiurgo lo construyó a partir de los cuatro elementos, explicados brevemente en la respuesta número cuatro, y le colocó entrelazada por doquier desde el centro hacia los extremos al alma y lo cubrió con ella, exteriormente en círculo. El alma, también es producto de una mezcla: tres naturalezas, la de lo mismo, la de lo otro y el ser. Todos estos componentes del universo son la materia primera que combinada de manera proporcional le dan su forma visible y su armonía.
10- Debido a que lo generado no puede ser eterno, procuró realizar una cierta imagen móvil de la eternidad y, al ordenar el cielo, hizo de la eternidad que permanece siempre en un punto una imagen eterna que marchaba según el número, eso que llamamos tiempo.
11- Las siete esferas provienen de la decisión divina de crear el tiempo, surgen así el sol, la luna y los otros cinco cuerpos celestes que llevan el nombre de planetas para que dividieran y guardaran las magnitudes temporales.
12- Las especies son cuatro: una es el género celeste de los dioses, otra el alado y de los animales que surcan el aire; la tercera es el género acuático y la cuarta corresponde al que marcha sobre los pies y a los animales terrestres.

Extraído de PLATÓN, Timeo, o de la Naturaleza, 27- a 39 a-d.

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