jueves, 6 de agosto de 2009

NOTICIA DE ULTIMO MOMENTO!!

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Disputas por el significado

La Polémica Carnap- Heidegger



Luciano Celis ISFD 129

I. Introducción
En el marco de la Filosofía de la Ciencia II, la lectura del texto de Rudolph Carnap (1891-1970), “Superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”, en El positivismo lógico, A.J.Ayer, FCE, México, 1986, nos servirá para entender cuestiones como:
- El problema de la demarcación y sus criterios;
- la tesis del positivismo lógico: de que la metafísica ha sido superada mediante el análisis lógico del lenguaje;
- la nueva concepción de la Teoría del conocimiento;
- la critica del lenguaje y el análisis del significado;
- la diferencia entre proposiciones y pseudoproposiciones: el problema de la verdad.
Como señalaba la profesora Liliana Ponce la Epistemología o Filosofía de las Ciencias se ocupa de analizar y establecer los requisitos según los cuales un saber puede ser reconocido legítimamente con el nombre de ciencia. Esta Filosofía de la Ciencia no es ajena al giro lingüístico, ya que pone el acento en el problema del significado de los términos, de las proposiciones y su relación con la verdad, constituyendo una teoría de la ciencia que pretende establecer un criterio de demarcación que permita distinguir el conocimiento científico de otras formas de conocimiento.
El positivismo lógico es una corriente epistemológica que aparece a fines de la década del 20, en el llamado Círculo de Viena. Es una apuesta de la racionalidad científica frente a otras formas de conocimiento.
Para el positivismo lógico se ha producido una revolución en la filosofía, hay una nueva tarea para la filosofía. Moritz Schlick (1882-1836) y otros empiristas lógicos retoman algunas cuestiones planteadas por Ludwig Wittgenstein (1889-1951) en el Tractatus logicus philosophicus (1922).
Allí en el parágrafo 4.112 declara que “El objeto de la filosofía es la aclaración lógica de pensamientos. La filosofía no es una teoría, sino una actividad. Una obra filosófica consiste especialmente en elucidaciones. El resultado de la filosofía no son `proposiciones filosóficas’ sino el esclarecimiento de las proposiciones. La filosofía debe esclarecer y delimitar con precisión los pensamientos que de otro modo serían, por así decirlo, opacos y confusos”.
Aunque los positivistas lógicos son los fundadores de la epistemología no son quienes plantean el problema de la demarcación. Esto recién lo hará Karl Popper (1902-1994) y el Racionalismo critico.
El problema de la demarcación consiste en establecer los rasgos que distinguen al conocimiento científico de aquel que no lo es.
Uno de los elementos sobre los que se va a inscribir la legitimación de los saberes es el método. El de producción de conocimiento y el de validación de conocimiento científico.
La ciencia natural propone el método a utilizar. Esta tiene un campo de prioridad en el campo de los saberes. La epistemología se planteará a partir de allí ¿Qué es científico y qué no lo es?
En Carnap el problema se traduce en términos de Ciencia (Saber marcado) y metafísica (pseudosaber o saber no marcado).
El criterio de demarcación utilizado para establecer esta dicotomía es el del significado (análisis lógico del lenguaje). Aquí se verá qué enunciados o secuencias de palabras tienen significado (proposiciones) y cuáles no (pseudoproposiciones).
En este punto surge la siguiente cuestión ¿Qué es lo que le da significado a una palabra o construcción?
Gottlob Frege (1848-1925) había distinguido entre significado (referencia) y sentido. Por ejemplo, la proposición “Esta es una puesta de sol”. Tiene significado en la medida en que se refiere a algo empírico (objeto percibido), pero puede adoptar varios sentidos dependiendo de los elementos subjetivos que intervienen.
En palabras de Frías el reglamento que Carnap construye para admitir un conocimiento como científico es el de la variabilidad de una proposición elemental a una proposición protocolar con el fin de dotar de significado a una palabra y de dar legitimidad a una proposición.
O, en palabras del mismo Carnap: “El significado de una palabra está contenido en el criterio. Solo resta explicitarlo”


II. El criterio de demarcación
¿Qué quiere decir Carnap con que las proposiciones de la ciencia tienen significado y que las pseudoproposiciones de la metafísica no lo tienen?
"En strictu sensu una secuencia de palabras carece de sentido cuando, dentro de un lenguaje específico, no constituye una proposición. Un lenguaje consta de un vocabulario (conjunto de palabras que poseen un significado) y de una sintaxis (reglas para la formación de las proposiciones). Las reglas indican cómo se pueden constituir proposiciones a partir de diversas especies de palabras. De acuerdo a estas reglas podemos clasificar los términos en proposiciones con sentido (designan un concepto, tienen referencia) y pseudoproposiciones (no poseen significado, no designan nada). En el último caso, encontramos dos tipos:
- las que contienen una palabra a la que erróneamente se supuso un significado.
- las que contienen palabras que sí poseen un significado, pero que no constituyen una proposición – con sentido – dado que las mencionadas palabras han sido reunidas de un modo antisintáctico.
En relación a las proposiciones, es decir, a aquellos términos que poseen significado valga un ejemplo: La forma elemental para artrópodo es “la cosa X es un artrópodo”. Esta es una proposición elemental (P). A partir del criterio de demarcación (reglas de derivabilidad) podemos acceder a una proposición protocolar que le otorga sentido a la palabra en una construcción o proposición.
Carnap lo pone en estos términos: “[Dada la proposición P, nos podemos preguntar:] (1) ¿De qué proposiciones es derivable P y qué proposiciones pueden derivarse de P?; (2) ¿Bajo qué condiciones P debe ser verdadera y bajo qué condiciones falsa?; (3) ¿Cómo puede ser verificada P?; (4) ¿Cuál es el sentido de P?”
La proposición P puede precisarse en su significación (¿Qué es un artrópodo?) retrotrayéndola a otras palabras y construcciones que la definen o la describen con mayor precisión. Estas nuevas proposiciones mantienen la estructura sintáctica “X es un animal”, “X posee un cuerpo segmentado”, etc.
Estas proposiciones protocolares se refiere a lo dado (objetos, cualidades sensoriales simples, experiencias globales o relaciones de semejanza entre las PP)
Se quiere decir con esto que para que “artrópodo” tenga un significado deben darse necesariamente las siguientes formulaciones:
- Que las notas empíricas de «a» sean conocidas.
- Que haya sido estipulado de qué proposiciones protocolares es derivable «P(a)».
- Que las condiciones de verdad para «P(a)» hayan sido establecidas. (4)
- Que el método de verificación de «P(a)» sea conocido."

Carnap evita toda discusión acerca de que es lo dado. Si lo hiciera estaría en los dominios de la metafísica. Por ejemplo si digo “el mundo tuvo un comienzo”. ¿Cuál es el referente del concepto mundo?
Recordemos que al igual que el planteamiento del primer Wittgenstein, el del Tractatus, “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”.
La correcta descripción del mundo viene determinada por las relaciones lógicas internas, por una gramática. De alguna manera lo que aquí se observa es la pretensión de de crear un lenguaje universal para la ciencia, un lenguaje fisicalista, como la matesis universal de Leibnitz.
Por ello es que la nueva tarea de la filosofía será el análisis lógico del lenguaje. Este giro lingüístico nos habla del significado de los términos, de las proposiciones y pseudoproposiciones, de la verdad o falsedad de las primeras, etc.
En este marco se introduce la discusión entre Carnap, y los metafísicos.
Aquí el criterio que va marcar la cientificidad es el de significado de los términos y de las proposiciones. Si cumple con estos criterios de demarcación los enunciados de la filosofía seran científicos sino seguirán en el terreno oscuro de la metafísica.


III. El caso de la metafísica
Si seguimos la clasificación de las pseudoproposiciones de la metafísica para el análisis lógico del lenguaje, es decir, para analizarlas mediante el criterio de demarcación de la derivabilidad encontraremos que:
Para las del primer tipo: palabras que no poseen un significado. Lo son porque no pueden someterse con éxito al criterio de la derivabilidad. Es decir, no puedo llegar a encontrar aquella proposición protocolar que posee un referencie empírico.
Carnap era consciente al respecto que "...el metafísico nos dice que lo que él quiere «significar» no es esta relación empíricamente observable, porque en ese caso sus tesis metafísicas no serían sino meras proposiciones empíricas de la misma clase que las correspondientes a la física..."
Al no poder derivarse su significado de las reglas de derivabilidad muchos términos utilizados por la filosofía carecen de sentido, son como cascaras vacías, ya que no puede demostrase que remitan a una proposición Protocolar. Por ejemplo: la Idea, el Absoluto, lo Incondicionado, lo Infinito. el-Ser-que-está-Siendo, el No-Ser, la Cosa-en-Sí, el Espíritu Absoluto, el Espíritu Objetivo, la Esencia, el Ser-en-Sí, el Ser-en-y-para-Sí, la Emanación, la Manifestación, el Ego, el No-Ego, etc.
Recordemos que para Carnap “El significado de una palabra está contenido en el criterio. Solo resta explicitarlo”
Para el segundo tipo de términos, es decir, los que constan de palabras con significado, pero reunidas de tal manera que el conjunto no tiene sentido, cabe pensar si pueden ser retraducidas al lenguaje lógico. Por ejemplo la frase de Heidegger “¿Qué hay afuera? Afuera nada hay. Puede traducirse al lenguaje lógico de la siguiente manera: No hay (no existe) algo que esté afuera. Solo así sus palabras tendrán significado. Lo que ocurre es que en la traducción pierde el término “nada” pierde su sentido originario.
Otros enunciados son directamente intraducibles al lenguaje lógico y por lo mismo carentes de sentido – lógico -. Por ejemplo el siguiente fragmento de ¿Qué es la metafísica? donde Heidegger habla del anonadamiento:
“No es un aniquilamiento del ente, ni se origina en una negación…no se puede obtener tampoco sumando aniquilación y negación. La nada misma anonada. El anonadar no es un suceso como otro cualquiera, sino que por ser un rechazador remitirnos al ente en total que se nos escapa, nos hace patente este ente en su plena, hasta ahora oculta extrañeza, como lo absolutamente otro frente a la nada…En esa clara noche que es la nada de la angustia, es donde surge la originaria “patencia” del ente como tal ente: que es ente y no nada”.


IV. Conclusiones
De todo lo anterior se desprenden consecuencias importantes para la metafísica:
En principio que el sentido de una proposición descansa en el método de su verificación. Por eso una proposición, cuando dice algo, sólo puede anunciar un hecho empírico. Algo que estuviera en principio más allá de lo experimentable no podría ser dicho, ni pensado, ni planteado. Pero entonces, se pregunta Carnap ¿qué le queda a la filosofía si todas las proposiciones que afirman algo son de naturaleza empírica y pertenecen por tanto a la ciencia fáctica? ¿Cuál es su nuevo rol? Lo que le queda no son proposiciones, no es una teoría ni un sistema, sino exclusivamente un método, esto es, el análisis lógico del lenguaje.
Si se atiene a esta búsqueda inefable, la metafísica, cae en el sinsentido, porque alude a algo que esta mas allá de lo experimentable, que no puede ser dicho, ni pensado, ni planteado. Recordemos que Wittgenstein decía que los límites de mi mundo son mi lenguaje. De esto puedo hablar de lo otro mejor callar.
Por último podríamos pensar que los enunciados de la metafísica revelan una actitud emotiva ante la vida, al igual que las manifestaciones artísticas.
Sin embargo, prosigue Carnap, lo hace con un medio inadecuado, ya que pretende moverse en el terreno de los verdadero y lo falso, cuando en realidad no ha afirmado nada sino solamente expresado algo como si fuera un artista, pero sin llegar a serlo.
Así la metafísica confunde ciencia y arte creando una estructura que no logra nada en materia de conocimiento y que es insuficiente para exponer una actitud ante la vida.



Bibliografía
Rudolph Carnap, “Superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”, en El positivismo lógico, A.J.Ayer, FCE, México, 1986,
Clases Teóricas desgrabadas de Filosofía de las ciencias, Licenciada Liliana Ponce.
Eugenio Trías, Estructura y función de la filosofía, en La filosofía y su sombra, Ed. Seix Barral, Mexico 1969.
Ludwig Wittgenstein, Tractatus logicus philosophicus, Edición Electrónica de www.philosophia.cl /Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.
Martin Heidegger, ¿Qué es Metafísica?, Trad. Xavier Zubiri, Edición Electrónica de www.philosophia.cl /Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.

Estructura y función de la Filosofía

I.S.F.D 129
Profesorado de filosofía.
Materia: filosofía de las ciencias II
Profesora: Lic. Liliana Ponce
Alumno: Álvaro Vázquez.
Ciclo: 2009
Texto: La filosofía y su sombra, Cáp. II estructura y función de la filosofía
Autor: Eugenio Trias.


El presente texto comienza con una serie de preguntas las cuales pueden resumirse en una sola pregunta más abarcativa ¿Qué función cumple o ha cumplido, o puede cumplir aun la filosofía?
Para abordar esta cuestión ¿valdrá la pena recordar que el lugar común que se sostiene acerca de que la filosofía fue una madre fecunda, hoy estéril, exhausta después de los sucesivos partos de esas jóvenes fuertes y robustas que son las ciencias? Toda la literatura acerca de la ¨¨ muerte de la filosofía especulativa ¨¨ comienza a producir cierto tedio a fuerza de ser oída, tal vez sea más útil plantear el problema desde una perspectiva más rigurosa.
El problema que se plantea ¿que es la filosofía? , ¿Que función cumple la filosofía? presupone un problema mas material: ¿que discursos, que textos, que formas de expresión consideramos filosóficas?, en suma ¿cual (es si lo hay) la unidad del discurso filosófico?
La filosofía, al igual que la literatura, no serviría de nombre alusivo a textos distintos y distantes en el espacio y el tiempo, pertenecientes a tradiciones culturales diferentes e irreductibles .La aparente continuidad asegurada por el uso de los mismos términos mostraría, en el análisis, la discontinuidad entre los significados. Alma, ser, razón cobrarían significados diferentes de un texto a otro, en consecuencia, difícilmente podría aislarse una problemática perenne.
La teoría de la interpretación o del comentario supone que todo significante es de naturaleza elíptica y de talante pudoroso: esconde siempre un exceso de significados que aparecen gradualmente en cada lectura, ahora bien, ¿donde aparece ese ´´ plus sino en el propio lector?
La teoría de la interpretación no nos permite encontrar esa unidad de problemática filosófica a causa de su debilidad metodologica. Por el mismo motivo no nos vale lograr un compromiso con la historia aventurando la hipótesis de una problemática aparecida en la Grecia antigua y que ha ido ¨¨ evolucionando ¨¨.
El único modo de evitar estas opciones consiste en descubrir, a través de lo que suele denominarse ¨¨ historia de la filosofía ¨¨ una unidad de problemática, será preciso que encontremos aquí y allá, en textos del pasado y del presente una estructura subyacente que se mantiene a través de una diacronía aparente .Debemos constatar la recurrencia d un problema perenne a través de todos esos discursos.
Contribuye el autor a la resolución de dicha problemática, lanzando una hipótesis de trabajo, afirma la unidad y ¨¨ perennidad ¨¨ del discurso filosófico, sostiene que la problemática común e inmutable desde el poema de Parmenides , hasta el discurso de Carnap sobre la ¨¨ Superación de la metafísica ¨¨ es el problema que podría llamarse siguiendo a Popper el problema de la demarcación .
Supongamos un reglamento según el cual el discurso científico se distingue de otros discursos porque cumple con los requisitos de: precisión de símbolos, consistencia lógica, y verificabilidad de los enunciados .A partir de estas premisas podremos distinguir los discursos en los que dichos rasgos están presentes o ausentes, es decir discursos marcados y no marcados de dichos rasgos.
Lo anterior permitiría dibujar un cuadro con dos compartimentos, en el de la derecha se ubicarían los discursos donde la marca esta presente (discursos científicos), en el cuadro de la izquierda se ubicaría los discursos en los cuales la marca esta ausente (discursos literarios).
Carnap agrega entre ambos compartimentos un cuadro donde se hallan ciertos discursos híbridos, en los que la presencia y ausencia de marcación coexisten provisionalmente, en este cuadro central e intermedio se halla la metafísica.
Estos discursos tendrían que clarificarse, derivando hacia la derecha o hacia la izquierda, las ciencias humanas derivan hacia la comunidad científica, mientras que la metafísica, en cambio, solo posee sentido como discurso literario que traduce un ¨¨ estado afectivo¨¨¨, como la literatura.
El discurso de Carnap nos permite hacer la siguiente operación : tomar ese cuadro de tres compartimentos , vaciarlo de todo contenido ( ciencia /metafísica/ variable), considerar esos contenidos como variables , y tomar así mismo como variable el reglamento concreto ( según el cual se define la marca de cientificidad).
Esta operación permite formular la hipótesis, según la cual el problema perenne de la filosofía consistirá en llenar este cuadro con unos contenidos concretos relativos a la reglamentación variable que cada filosofía adopte.
Hemos llamado a este problema , el problema de la demarcación , de-marcar esos discursos de aquellos otros en los que la marca esta ausente, toda filosofía se plantea, por tanto, un problema que presupone el mantenimiento del cuadro en cuestión , verdadera estructura del discurso filosófico, y cada filosofía resuelve dicho problema a su modo , según la modalidad del reglamento que adopta.
La filosofía poseería la misma estructura que el semáforo , seria un semáforo del saber, que daría luz verde o paso libre a ciertos discursos, prepararía el despegue de ciertos discursos al compartimiento salvifico del saber ( amarillo anterior al verde) , detendría la marcha de ciertos ¨¨ pseudosaberes ¨¨ , preparándoles el ingreso en el compartimiento del no-saber ( amarillo anterior al rojo) , y finalmente detendría con luz roja los discursos decididamente no marcados .La filosofía , semáforo del saber permitiría la circulación de éste y detendría a todo candidato que no presentara como credencial la marca estipulada de la sabiduría.