jueves, 6 de agosto de 2009

Estructura y función de la Filosofía

I.S.F.D 129
Profesorado de filosofía.
Materia: filosofía de las ciencias II
Profesora: Lic. Liliana Ponce
Alumno: Álvaro Vázquez.
Ciclo: 2009
Texto: La filosofía y su sombra, Cáp. II estructura y función de la filosofía
Autor: Eugenio Trias.


El presente texto comienza con una serie de preguntas las cuales pueden resumirse en una sola pregunta más abarcativa ¿Qué función cumple o ha cumplido, o puede cumplir aun la filosofía?
Para abordar esta cuestión ¿valdrá la pena recordar que el lugar común que se sostiene acerca de que la filosofía fue una madre fecunda, hoy estéril, exhausta después de los sucesivos partos de esas jóvenes fuertes y robustas que son las ciencias? Toda la literatura acerca de la ¨¨ muerte de la filosofía especulativa ¨¨ comienza a producir cierto tedio a fuerza de ser oída, tal vez sea más útil plantear el problema desde una perspectiva más rigurosa.
El problema que se plantea ¿que es la filosofía? , ¿Que función cumple la filosofía? presupone un problema mas material: ¿que discursos, que textos, que formas de expresión consideramos filosóficas?, en suma ¿cual (es si lo hay) la unidad del discurso filosófico?
La filosofía, al igual que la literatura, no serviría de nombre alusivo a textos distintos y distantes en el espacio y el tiempo, pertenecientes a tradiciones culturales diferentes e irreductibles .La aparente continuidad asegurada por el uso de los mismos términos mostraría, en el análisis, la discontinuidad entre los significados. Alma, ser, razón cobrarían significados diferentes de un texto a otro, en consecuencia, difícilmente podría aislarse una problemática perenne.
La teoría de la interpretación o del comentario supone que todo significante es de naturaleza elíptica y de talante pudoroso: esconde siempre un exceso de significados que aparecen gradualmente en cada lectura, ahora bien, ¿donde aparece ese ´´ plus sino en el propio lector?
La teoría de la interpretación no nos permite encontrar esa unidad de problemática filosófica a causa de su debilidad metodologica. Por el mismo motivo no nos vale lograr un compromiso con la historia aventurando la hipótesis de una problemática aparecida en la Grecia antigua y que ha ido ¨¨ evolucionando ¨¨.
El único modo de evitar estas opciones consiste en descubrir, a través de lo que suele denominarse ¨¨ historia de la filosofía ¨¨ una unidad de problemática, será preciso que encontremos aquí y allá, en textos del pasado y del presente una estructura subyacente que se mantiene a través de una diacronía aparente .Debemos constatar la recurrencia d un problema perenne a través de todos esos discursos.
Contribuye el autor a la resolución de dicha problemática, lanzando una hipótesis de trabajo, afirma la unidad y ¨¨ perennidad ¨¨ del discurso filosófico, sostiene que la problemática común e inmutable desde el poema de Parmenides , hasta el discurso de Carnap sobre la ¨¨ Superación de la metafísica ¨¨ es el problema que podría llamarse siguiendo a Popper el problema de la demarcación .
Supongamos un reglamento según el cual el discurso científico se distingue de otros discursos porque cumple con los requisitos de: precisión de símbolos, consistencia lógica, y verificabilidad de los enunciados .A partir de estas premisas podremos distinguir los discursos en los que dichos rasgos están presentes o ausentes, es decir discursos marcados y no marcados de dichos rasgos.
Lo anterior permitiría dibujar un cuadro con dos compartimentos, en el de la derecha se ubicarían los discursos donde la marca esta presente (discursos científicos), en el cuadro de la izquierda se ubicaría los discursos en los cuales la marca esta ausente (discursos literarios).
Carnap agrega entre ambos compartimentos un cuadro donde se hallan ciertos discursos híbridos, en los que la presencia y ausencia de marcación coexisten provisionalmente, en este cuadro central e intermedio se halla la metafísica.
Estos discursos tendrían que clarificarse, derivando hacia la derecha o hacia la izquierda, las ciencias humanas derivan hacia la comunidad científica, mientras que la metafísica, en cambio, solo posee sentido como discurso literario que traduce un ¨¨ estado afectivo¨¨¨, como la literatura.
El discurso de Carnap nos permite hacer la siguiente operación : tomar ese cuadro de tres compartimentos , vaciarlo de todo contenido ( ciencia /metafísica/ variable), considerar esos contenidos como variables , y tomar así mismo como variable el reglamento concreto ( según el cual se define la marca de cientificidad).
Esta operación permite formular la hipótesis, según la cual el problema perenne de la filosofía consistirá en llenar este cuadro con unos contenidos concretos relativos a la reglamentación variable que cada filosofía adopte.
Hemos llamado a este problema , el problema de la demarcación , de-marcar esos discursos de aquellos otros en los que la marca esta ausente, toda filosofía se plantea, por tanto, un problema que presupone el mantenimiento del cuadro en cuestión , verdadera estructura del discurso filosófico, y cada filosofía resuelve dicho problema a su modo , según la modalidad del reglamento que adopta.
La filosofía poseería la misma estructura que el semáforo , seria un semáforo del saber, que daría luz verde o paso libre a ciertos discursos, prepararía el despegue de ciertos discursos al compartimiento salvifico del saber ( amarillo anterior al verde) , detendría la marcha de ciertos ¨¨ pseudosaberes ¨¨ , preparándoles el ingreso en el compartimiento del no-saber ( amarillo anterior al rojo) , y finalmente detendría con luz roja los discursos decididamente no marcados .La filosofía , semáforo del saber permitiría la circulación de éste y detendría a todo candidato que no presentara como credencial la marca estipulada de la sabiduría.

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